Lake Tahoe está a tan sólo 4 horas de vuelo desde Guadalajara (Jalisco), y una hora más por carretera desde Reno. Es un destino hasta dónde puedes llegar para practicar deportes invernales, aprender a esquiar o simplemente pasar unos días llenos de romance, diversión o tranquilidad, según prefieras.
Lake Tahoe se encuentra en territorio de los estados de Nevada y California, y se divide en North Lake Tahoe y South Lake Tahoe. Toda esa zona es de una gran belleza y no hay una región mejor que otra.
Es la segunda ocasión que visito Lake Tahoe, pero en la más reciente fue con el propósito de conocer los resorts para esquiar y dar un breve paseo por Reno, que es el destino a donde llega el vuelo.
Desde México, la mejor forma de ir a Lake Tahoe es el vuelo de Volaris de Guadalajara a Reno, que toma tan sólo 4 horas y tiene tres frecuencias por semana. Llegando al Aeropuerto Internacional de Reno se puede rentar auto o ir en shuttle, éste último tiene varias salidas al día y sale desde el aeropuerto.
Y con Volaris es cómo llegué hasta Reno y luego en un servicio de shuttle fui a North Lake Tahoe, que pertenece al estado de Nevada. El primer hotel donde me hospedé fue el Hyatt Regency Lake Tahoe Resort, Spa and Casino, que es grande y con lindas vistas a las montañas y el Lago Tahoe, pero luego de un par de noches fui hasta South Lake Tahoe y cambié de hotel, así que pasé una noche más en el Hard Rock Hard Rock Hotel & Casino. En el post “Dónde hospedarse en Lake Tahoe” les cuento sobre estos dos hoteles.
Durante mi visita a Lake Tahoe visité Diamond Peak Ski Resort para tomar clases de esquí. Me contaron que es el lugar perfecto para aprender porque cuenta con las mejores instalaciones, instructores y pistas para este objetivo. De verdad que bajo la guía del instructor fue relativamente fácil aprender un poco más de esta actividad y luego de una hora de su acompañamiento, estaba mucho más diestra y confiada esquiando por las pendientes ligeramente inclinadas.
El siguiente día continúe con la práctica de esquí en Heavenly Mountain Resort, donde también hay instructores pero ahí es evidente que la mayoría de sus pistas son para esquiadores más avanzados, aunque también hay espacios para principiantes.
Pero además de esquiar y ver mucha nieve y hermosos paisajes, comí delicioso en varios de los restaurantes de la zona, como Lone Eagle Grille, del hotel Hyatt, donde cené la primera noche y fue verdaderamente un delicioso festín. Ahora entiendo porqué es uno de los restaurantes favoridos de Tahoe. El pan, el salmón y el postre llamado Tahoe Cake estuvieron increíbles.
El siguiente día la cena fue en un lugar más sencillo y con muy buena sazón: Austin’s Lake Tahoe, que está muy cerca del Hyatt, de hecho este hotel está rodeado de varios buenos lugares para cenar, hasta dónde se puede llegar caminando.
Y la cena de mi última noche en fue en el restaurante Fire Break, del Hard Rock. Todo rico y en un ambiente relajado y cómodo; además este hotel ofrece varias opciones de comida en sus establecimientos y está muy cerca de mucho lugares de diversión nocturna.
Finalmente, antes de regresar a Guadalajara desde Reno con Volaris, visité el Nevada Art Museum, del que ya les había contado hace tiempo, que me parece un gran museo con un espectacular lugar para comer.
Lastimosamente no me alcanzó el tiempo para ir a tomarme la foto frente al arco ícono de la ciudad, pero ese es el pretexto perfecto para regresar en el futuro y explorar más de Reno.