En el estado de Michoacán, a menos de una hora por carretera desde Morelia, esta Pátzcuaro, un pueblo con su encanto en blanco y terracota, y que es Pueblo Mágico desde 2002. Un breve paseo por Pátzcuaro me hace pensar que el lugar encanta a extranjero, quizá porque aún se guarda lo más tradicional de la región en cuanto a artesanías, comida y hasta lengua.
Pátzcuaro, según los historiadores tiene varios significados, pero el más mencionado es el que asegura que se trata del “lugar desde donde los Dioses ascienden y descienden”. Y vaya que le queda bien la descripción, pues se trata de un pueblo acogedor a donde bien podría ir a pasar una larga temporada tan sólo para caminar por sus calles por las mañanas, desayunar una corunda en algún puesto de la esquina, admirar su artesanía por las tardes y sentarme en la plaza al caer la noche.
La llegada por carretera se hace sentir, pues en seguida que se llega ahí el panorama del camino cambia y se va entrando en un pueblo de callejuelas empedradas con casas antiguas a los costados, donde predominan los muros blancos, los techos de teja terracota y los acabados de manera.
Pareciera que es un lugar tan pequeño que se puede recorrer en un fin de semana, pero aprendí que no es así, a Pátzcuaro hay que dedicarle su tiempo para disfrutarlo y saborear su esencia. Varias iglesias, incluyendo su Basílica de Nuestra Señora de la Salud, son dignas de visitarse y admirar su riqueza arquitectónica exterior y la contrastante sencillez que se encuentra en su interior.
Una gran novedad es la iluminación espectacular con que cuenta la Plaza Vasco de Quiroga, que la hace lucir maravillosa. Su monumento, fuente y jardines lucen increíbles con el moderno sistema que se ha colocado, que está computarizado y programado para encender con diversa intensidad según la hora del día. Además, me quedé sorprendida que durante la feria artesanal que se instaló ahí durante mi visita, no se veían cables colgando por doquier, sino que hay conexiones por todos lados para todos los puestos.
La Plaza Vasco de Quiroga es una de las típicas que se construyó durante la Colonia, pero tiene la característica de que es la única de este tipo en el país que no tiene una iglesia en alguno de sus costados, pues alrededor sólo se encuentran casas que pertenecieron obviamente a las familias acomodadas de la época. Y en uno de esos costados está el Hotel Mansión Iturbe, que fue donde nos hospedamos y desde donde pudimos disfrutar enormemente del lugar gracias a su ubicación.
A Pátzcuaro puedes llegar en auto o en autobús de forma muy sencilla y creeme que terminarás adorando el lugar, luego de pasar tan sólo unas horas ahí.
Tip: Si vas en viernes, visita la Plaza de San Francisco, donde se pone un mercadillo de artesanías en el que aún se practica el trueque.