Foto: Secretaría de Turismo de Oaxaca |
Visitar Oaxaca es ir directo a echar a volar la imaginación, es toparse con la cultura, el colorido y la tradición de una maravillosa zona de México, es poner en alerta los sentidos para disfrutar cada una de las maravillas con las que te toparas.
Oaxaca de Juárez fue reconocida como “ciudad real” allá por 1532 por decreto de Carlos V. Es Antes de que llegaran los españoles, dos grandes culturas prehispánicas gobernaban la región: los mixtecos y los zapotecas. Después de años, estos pueblos terminaron sometidos a los aztecas y éstos, a su vez, a los españoles. Hoy, Oaxaca mantiene parte de sus raíces y es Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El Mercado Benito Juárez (calle 20 de Noviembre) por las mañanas es un lugar fantástico, con sus colores, frescura y aromas. Los oaxaqueños presumen orgullosos de su maíz; dicen que la primera mazorca tal y como la conocemos ahora creció cerca de Monte Albán, así que es obligado comer un desayuno con tortillas, tetelas o quesadillas y todo esto lo encuentras en este mercado.
Un recorrido lo puedes iniciar en la bella Catedral, que es de tipo barroco y data del siglo XVIII; al salir puedes caminar por la Avenida Independencia hasta llegar a la Calle Mecedonio Alcalá, que es un andador turístico que seguro disfrutarás. Ahí está el bello edificio de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; más adelante, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), que fue remodelado hace poco tiempo.
En la calle 5 de Mayo está el Ex-Convento de Santa Catalina, convertido ahora en un hotel Camino Real y es un precioso lugar, aunque no te hospedes ahí, te sugiero visitarlo y tomar una copa en el bar. Ve hasta el fondo y conoce la Fuente de los Lavaderos.
Otro lugar digno de conocer es la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, de la que se dice es la más impresionante de las 27 iglesias que hay en la ciudad y la construcción virreinal en pie más grande e importante de México; y no olvides ir al Museo de las Culturas, la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa y al Jardín Etnobotánico, estos dos últimos forman parte del Centro Cultural Santo Domingo.
Otro sitio que no puedes dejar de conocer, es el Museo Casa Juárez, que fuera la casa de Benito Juárez en su niñez y juventud. Y si te queda tiempo y tienes ganas de más cultura, entonces puedes ir al Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo, cuyas piezas fueron donados por el artista oaxaqueño Rufino Tamayo. Un lugar que me fascina es el Museo Textil de Oaxaca, que lleva al visitante por un fantástico viaje por la elaboración de textiles. Para conocer y comprar piezas únicas elaboradas por las manos oaxaqueñas. La entrada es gratuita y está en Hidalgo 917.
Por la tarde, no olvides llegar hasta el Zócalo y toma una rica nieve mientras escuchas la música de la banda del estado o la marimba, que suelen presentarse todas muchas noches.
Esto es sólo una probadita de lo mucho que puedes visitar en la bella ciudad de Oaxaca, en el estado del mismo nombre en la única y espectacular República Mexicana.