Ahora que viajo más, me he topado con alguno que otro apasionado que se ofende ante el término “turista” cuando se aplica en ellos. Me encuentro con su constante aclarar que son viajeros y no turistas, cosa que a veces llega hasta a ser fastidioso. Respeto que se quieran hacer llamar a sí mismos “viajeros” y que defiendan su postura, pero donde ya no comulgo es cuando intentan menospreciar al que es “turista”.
Según el diccionario, viajero es todo aquel que realiza un viaje; mientras que turista es la persona que viaja para hacer turismo, que a su vez es la “acción de viajar por placer, deporte o instrucción”. Entonces… cómo dirían en mi pueblo: para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo.
Siento que los que desean emplear el término “viajero” es por decir que se adentran más en las entrañas del destino que visitan, mientras que el “turista” sólo pasea por encimita. Sin embargo, si nos basamos en esta sentido, pues todos hemos hecho las dos cosas, porque habrá quien es “viajero” y le encanta la aventura, pero llegará el momento en que desea realizar un viaje de puro relax; entonces, se convierte en “turista”? O viceversa, al turista le da por explorar más y… ya con eso es viajero?
Viajero o turista, todos somos ambos, uno u otro, o a veces uno y a veces otro, aunque no lo queramos aceptar. Qué más da! El asunto indiscutible es que todos movemos el mundo, nos desplazamos por el mundo, nos gusta hacerlo, mostramos las virtudes del lugar que visitamos, disfrutamos de los destinos que nos apasionan y así seguiremos.
En lo personal, acepto que a veces soy “viajera” y a veces “turista”, o quizá siempre soy ambas, así lo hice saber el día que me lo preguntaron. Y en realidad me da lo mismo, que cada quien haga lo que le venga en gana, una cosa no debe estar peleada con la otra, lo importante es seguir explorando, disfrutando y conociendo al viajar… o turistear.