Cuando decidimos que el destino a visitar al inicio de este 2012 sería Puebla (capital del estado del mismo nombre, en México), en lo primero qué pensé fue en ir a Africam Safari, un paseo acariciado desde niña y que por fin se me ha cumplido.
Cuando era pequeña supe de un lugar donde los animales iban libres y la gente podía verlos de cerca, casi casi como si estuvieran “en su hogar” natural. También supe de la trágica muerte de su creador y de la inspiradora historia para salir adelante de los hijos de éste, entre ellos Amy Camacho, quien supo enfrentar fieras y retos; y no me perdía su programa de televisión llamado Fantástico Animal, donde la joven mostraba cómo era posible convivir con los animales en ese maravilloso lugar que me hacía tanta ilusión conocer: un zoológico sin jaulas llamado Africam Safari.
Así las cosas, de niña nunca fui y fue hasta hace unos días que tuve la oportunidad de ir y con la mejor compañía que pude haber imaginado, mi hija.
Africam Safari me gustó y me emocionó más de lo que se imaginan, fue un sueño acariciado por tantos años que cumplí y rebaso todas mis expectativas. Ver tan de cerca un tigre de bengala mientras duerme (claro, a través del vidrio de la ventana del carro), las jirafas con su lento andar, la mirada fija de un avestruz, mamás con sus crías… en fin, han sido muchas las emociones vividas en tan sólo un recorrido.
Un sitio, que no sé cómo sería antes, pero hoy lo encontré digno de enorgullecer a cualquier mexicano; un espacio que es mucho más que un punto de aprendizaje y diversión, pues trabaja por la conservación de especies, que se convirtió en el primer zoológico en el mundo en obtener la certificación ISO 9001-2000 en el 2004 y que está aquí, en nuestro país, en Puebla.
En otro post te contaré de las actividades que se pueden realizar ahí y también del extraordinario safari nocturno.