Hospicio Cabañas, en Guadalajara, Jalisco. |
Fue en el mes de enero que visitamos Guadalajara (capital del estado de Jalisco, en México), y pese a ser invierno esos días el clima estuvo de nuestra parte, ideal para caminar por la perla tapatía. Un delicioso desayuno en el Hotel Villa Ganz, y luego… a visitar el Hospicio Cabañas, hoy Instituto Cultural Cabañas.
Qué visitar en Guadalajara
Imponente y precioso edificio creación del arquitecto Manuel Tolsá por encargo del obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas, inició su construcción en 1805 y concluyó hasta 1845; fue creado para albergar a huérfanos y desamparados, pero en tiempos de la Lucha de Independencia y la Revolución, se usó también para guardar armas y caballos.
Pasear por sus pasillos y patios es un viaje delicioso, y qué decir de los murales de José Clemente Orozco que se encuentran en la capilla principal. Esta obra es una de las más importantes en nuestro país y está orgullosamente en perfecto estado.
Luego de lo maravilloso que reconozco tiene el lugar, debo decir que me quedó a deber… y mucho. Es tan grande y grandioso que no concibo la idea de que esté tan desperdiciado y mal atendido. Al llegar, solicité un mapa del lugar con alguna breve descripción y me dijeron que no había tal cosa, entonces pregunté a la persona encargada de recoger los boletos si me podía decir algo y la respuesta fue contundente: “Era un hospicio, seño”; está bien que la explicación completa la obtuve de la guía, pero creo que los trabajadores deberían ser más amables y decir algo más que eso.
Entonces recurrimos a una guía, quien nos dio una amplia explicación tanto del edificio como de su historia y los murales. Y ahí surgió mi gran duda: ¿Por qué teniendo 106 habitaciones y 23 patios, sólo se usan unas cuantas para exposiciones? Que dicho sea de paso, una de ellas era totalmente decepcionante. Nos invitaron a pasar a una muestra sobre Hidalgo, al entrar me dijeron que no podía tomar fotos, guardé mi cámara y vaya sorpresa pues eran puras copias fotostáticas e impresiones de plotter. Nada digno para la grandeza de un Instituto Cultural. En fin, fuera de eso, es muy recomendable esta joya.