Debo aclarar que Navidad y Año Nuevo es la época más cara y más visitada en Disney, pero vale la pena. Debes ir dispuesto a enfrentarte a largas filas para todo y a convivir entre tumultos tanto en parques como hoteles y otros sitios.
El 31 de diciembre, el principal festejo de Año Nuevo se lleva a cabo a la media noche en Magic Kingdom como era de esperarse. El parques se llenó muy temprano y entonces ya no se permitió el ingreso al parque.
Las filas para subir a cada atracción eran largas, aún las que eran para FastPass (hoy Lightning Lane). Pese a la gran multitud, los servicios como recolección de basura, sanitarios y restaurantes no se vieron rebasados en ningún momento, pues cumplieron con ofrecer los servicios. Es tanta la buena organización de Disney que es sorprendente como ante tanta gente todo funciona a la perfección.
La ambientación con villancicos se hizo presente todo el día, actividades como shows navideños y algunas representaciones, así como los tradicionales desfiles y los personajes caminando por todo el parque, lograron un gran ambiente.
Cuando comenzó a oscurecer, un grupo de alegres cast members repartieron sombreros y cornetillas a todos los asistentes, las que sonaríamos a las 12 de la noche. El desfile de esa noche fue especial, al igual que los fuegos pirotécnicos que duraron más de media hora; y para terminar una sorpresa: cuando los fuegos habían concluido y sonaba la música navideña, todos comenzamos a caminar hacia la salida, y del cielo comenzó a caer nieve, blancos copos de nieve, en Florida y con un calor de unos veintitantos grados. Los niños fascinados, saltaban y corrían, mientras que los adultos buscábamos de dónde salía aquella nieve artificial.
Y así, con un feliz y gran ambiente gritamos ¡Happy New Year! en Disney World.