Xenotes, Oasis Maya. |
Camino un poco y el alux lik' me da la bienvenida, con sus brazos casi cruzados resguarda su territorio. Luego de un respetuoso saludo y pedir su permiso, sigo y ante mis ojos se abre un paisaje abismal, lleno de verdor, tranquilidad y lluvia. Así es el arribo a uno de los cenotes que son parte del recorrido Xenotes, Oasis Maya.
Tour por cenotes en la Riviera Maya
Inició Xenotes by Xcaret sus recorridos con gente que emocionada al igual que yo, llegó a vivir una primera expedición inolvidable, entrañable y llena de sorpresas.
Una familia de cuatro (padres e hijos), una pareja mayor con familiares, una pareja joven, y mi hija y yo. Eramos 17 persona además del guía, el conductor y la fotógrafa. Me contaron que siempre son grupos pequeños para dar una mejor atención y servicio de calidad, y lo logran! Porque no es necesario hacer filas para nada y todos los momentos son de diversión, apredizaje y conversación en un ambiente encantador... como debe ser.
Xenotes, Oasis Maya. |
Llegamos al primer cenote. Instalaciones impecables y divertidos señalamientos, así es imposible no verlos. Pasamos a cambiarnos y luego a colocar arneses, cascos y chalecos salvavidas, porque la seguridad es primordial. Ibamos al cenote más joven y por lo tanto el más aventurero de todos, ya que el ingreso es a rapel.
Luego, un circulo y nuestro guía pronuncia en maya las palabras para pedir permiso al alux correspondiente para ingresar al cenote, todos repetimos con pronunciación casi perfecta (me lo creyeron?).
Xenotes, Oasis Maya. |
Uno a uno vamos bajando, llega mi turno y entro en un agujero oscuro, pero un poco más abajo se abre un panorama alucinante, espectacular... Agua, rayos de luz, toque de oscuridad y el chillar de pequeños habitantes, a esos a los que no les pedimos permiso para entrar y por lo tanto soltaban uno que otro vuelo pegados al techo, murciélagos volando….vaya qué pinta bien la aventura! Agua fresca por no decir fría, pero con el calor y la emoción resulta sar un bálsamo fe alivio. Así más o menos fue nuestro paso por Lu'um (Tierra) y la hora de dejarlo llegó.
Un trayecto de unos 15 minutos nos hizo llegar hasta lik' (aire) mi cenote favorito por muchas razones, pero sobre todo por la belleza de su espacio abierto. Es lo que yo llamaría un Señor Cenote, y como no habría de serlo si es el más antiguo de los cuatro. Se impone ante sus compañeros y eso se deja ver y sentir. Ahí, luego de pedir permiso al alux (ya con amplios conocimientos de maya), fuimos hasta la tirolesa, donde hay dos opciones, lanzarse colgado de los brazos para soltarse o ir sentado y pegar el brinco para caer al agua. Por supuesto que todos somos fuertes e intrépidos, así que todos optamos por la primera opción. El chapuzón aquí es delicioso, porque el agua es tibia y el panorama que se logra apreciar es maravilloso. Pero quieres más diversión? Claro que la hay! Sales y te vuelves alanzar en tirolesa pero desde el otro extremo, para entonces ya éramos experimentados y no faltaron los que se dejaron llevar y sacaron sus mejores poses.
Xenotes, Oasis Maya. |
Seguimos y apenas unos 5 minutos adelante estaba Ha' (agua) que nos permitió entrar con ganas, porque aquí hasta snorkel hicimos. Extraños jardines submarinos y peces entre ramas de árboles que casi llegan a tocar el agua. Este cenote nos dejó sorprendidos con sus caídas de agua, recovecos, troncos derribados por la misma naturaleza, vegetación...
Allí fue el punto donde tomamos los alimentos tipo picnic: sopa, baguetes, carnes frías, quesos y bebidas como agua de fruta, sodas, cerveza o vino tinto. De postre? Rico brownie de chocolate. La sobremesa fue corta, pero agradable porque había que continuar para llegar hasta nuestra última parada.
Xenotes, Oasis Maya. |
Por último, visitamos K'aak (fuego), un cenote abierto con altas paredes verticales, lo que nos permitió ir en llantas a dar un paseo y al final, una pequeña tirolesa para despedirnos de Xenotes, Oasis Maya.
Un bocadillo y bebidas antes de tomar rumbo hasta el hotel y tiempo para ponernos ropa seca.
Nostalgia de llegar al final de la jornada, claro que sí! La jornada estuvo llena de aventuras y sorpresas, pero sobre todo, esas horas las podré recordar como el día que el agua, el aire, el fuego y la tierra rozaron mis sentidos con una dulce caricia... Una caricia ce la naturaleza!
Xenotes, Oasis Maya. |