Llegamos luego del medio día y fue muy fácil ubicar a Mesón Sacristía ya que se encuentra en pleno Centro Histórico (Puebla, Puebla. México), así que desde ese momento nos olvidamos del auto y lo mejor fue disfrutar de las caminatas por esta bella localidad que es Patrimonio de la Humanidad desde 1987.
Una muy agradable bienvenida y casi sin sentirlo ya estábamos en nuestra habitación disfrutando de su comodidad, el panorama desde el balcón y los detalles que fueron un deleite para el paladar y la vista.
Este hotel boutique es además restaurante, bar y tienda de antigüedades, así que si algo de lo que está ahí te gusta, lo puedes comprar. En la habitación, un sinfín de objetos y mobiliario digno de admirarse, y algunas notas en la pared que señalan la importancia e historia de las cosas, como por ejemplo, la puerta del baño que estuvo en una prisión hace mucho pero mucho tiempo atrás.
Dar un paso en su interior, es entrar a otra época… al siglo XIX, pero con las comodidades y apapacho de nuestra época, y es por eso precisamente, por las atenciones que brindan a sus huéspedes, que han recibido a personalidades del espectáculo, el arte y la política de diversos países. De hecho, nos contaron que la habitación que ocupamos nosotros, fue en la que durmió la gimnasta Nadia Comaneci.
Internet, valet parking, cafetera en la habitación, llamadas locales, despertador, tv con sistema de cable, periódico, concierge y mucho más, son algunos de los servicios… y algo extra, tu auto lo entregan lavadito… yupi!!!
Por si todo esto fuera poco, el restaurante es excelente, pero de eso y de la clase de cocina mexicana que tomamos en familia con el Chef Alonso Hernández, les contaré más adelante.
Tip: Pide que por la noche te lleven a la habitación el delicioso té relajante, te va a encantar!!
Tip: Pide que por la noche te lleven a la habitación el delicioso té relajante, te va a encantar!!
Dónde aprender a preparar platillos mexicanos
Cuando me enteré que en el hotel Mesón Sacristía se imparten clases de cocina mexicana y que muchos de sus huéspedes llegan hasta ahí atraídos por esta experiencia, entendí que no podía dejar pasar la oportunidad de vivirla; luego, mi hija quiso también asistir y al marido no le preguntamos y lo agregamos a la lección.
Llegó el día de la cita, una mañana un poco fría, un desayuno ligero y entonces ya estábamos dispuestos a aprender a cocinar con el Chef Alonso Hernández. Nos presentamos y a los pocos minutos ya éramos buenos cuates.
Entonces vivimos una clase de cocina mexicana que se convirtió en una buena experiencia en familia entre sabores, olores, risas y mucho aprendizaje; sin duda, la más contenta era mi hija, quien vivió pudo aprender a cocinar de un “chef de verdad” (como dice ella) y de convivir con sus padres en una actividad totalmente fuera de lo común.
Aprendimos técnicas para tomar los cuchillos, asar, freír y más; pero también que la palabra mole viene del vocablo nahuatl “mulli” que significa moler, y a reconocer diferentes tipos de chile y valiosa información sobre nuestra maravillosa cocina mexicana, que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde noviembre de 2010.
Así, picamos cebolla, cilantro y chile para obtener guacamole para los guajolotes, que son unos panecitos que se abren, se fríen un poco para luego ser rellenados con frijoles, guacamole y carne desehabrada.
También cocinamos el mole poblano desde su inicio, con cacao, chiles, jitomates, manzana, cebolla, ajo, plátano macho y la tortilla carbonizada, lo que resultó toda una hazaña lograr. De postre, un delicioso flan de coco y para beber, no podía faltar el café de olla.
Al final, por supuesto que tomamos una mesa en el restaurante del hotel y comimos lo que habíamos cocinado, hasta donde nos llevaron nuestros diplomas por participar, claro que mi hija se llenó de orgullo con ésto. No tengo más que maravillosas palabras para esta experiencia que valió mucho la pena vivirla así, en familia.
Tip: Las clases de cocina pueden ser por un día o también se puede tomar un curso más completo que consta de cinco días. Además los platillos que se preparan van cambiando de acuerdo a la temporada, por ejemplo Cuaresma, Navidad y desde agosto se preparan Chiles en Nogada (habrá qué regresar entonces).